miércoles, 27 de octubre de 2010

¿Cómo influye la dieta en la caries dental?

Como hemos estado diciendo en las entradas anteriores, para que se forme la caries dental tienen que existir tres factores: la placa bacteriana (eliminada con una buena higiene), el huésped (el diente), y por último pero no menos importante, la dieta.

Ha sido observado en algunos países que la incidencia de caries estuvo directamente relacionada con la cantidad de azúcar disponible per cápita. Se calcula que para cada 25g de azúcar consumidos por día, por niño, equivale a un diente que podría volverse cariado, restaurado o extraído. Entre tanto, se sabe que la consistencia de los carbohidratos así como la frecuencia en que son ingeridos tiene una mayor influencia en la aparición de lesiones de caries.



Pero, desde cuando debemos empezar a cuidar el consumo de azúcares en los niños?. Una vez que el niño tenga el primer diente en boca, debemos cuidar principalmente que el bebé no se duerma con el biberón, ya que este contiene azúcar y este se va a quedar en la boca por mucho tiempo. Además, otro factor de riesgo es que en las noches, el flujo salival disminuye, por lo que es más fácil que se formen las caries. Es por esto que a partir de los seis meses, se recomienda que el amamantamiento deje de ser a libre demanda y se empiece a poner horarios de comida, entre los cuales no se debe dar de comer al niño.



En el consumo de azúcares hay dos factores que se pueden regular, uno es la cantidad y el otro es la frecuencia. La cantidad no es tan importante como la frecuencia. Se le puede dar al niño una gran cantidad de dulces en un momento del día y no va a ser tan perjudicial como darle la misma cantidad pero dividida en varios momentos en el día. Hay que entender que una vez que el niño ingiere los dulces va a haber una bajada en el pH de la saliva (se va a volver más ácida) haciendo a los dientes más susceptibles a los ataques de las bacterias que forman las caries. Es por esto, que es mejor que ese ataque se de una vez a que se dé de manera repetitiva a lo largo del día. Si le quiere dar un dulce a su hijo, es mejor que se lo dé de postre al final del almuerzo y que luego de esto el niño pueda ir a cepillarse los dientes.

Debemos considerar también la consistencia y potencial de producir caries de estos alimentos. Por ejemplo, las galletas tienen un alto potencial porque generalmente se queda una gran parte de residuos en la boca del niño por mucho tiempo. Los chupetes, también tienen un alto potencial ya que el niño lo tiene en la boca por mucho tiempo. Por tanto, se debe considerar muy bien todo esto antes de preparar la lonchera de su hijo. Trate de evitar los dulces y golosinas, y en vez de eso puede darles una manzana por ejemplo que es un alimento dulce, con gran contenido de fibra que va a ayudar a limpiar de manera mecánica los dientes, y con un mejor contenido nutricional. La alimentación sana y balanceada no sólo es buena para los dientes, si no para todo el organismo y la salud de sus hijos.

jueves, 7 de octubre de 2010

Emergencias dentales en los niños

Una de las causas más comunes de emergencias dentales en los niños son las caídas. Lo que se presenta con mayor frecuencia es la rotura o golpe de los dientes antero-superiores (los conejitos). Según los estudios, un tercio de los niños con dientes de leche sufre de algún traumatismo en la región bucal. Los niños que pertenecen al "grupo de riesgo" son los de 1 a 3 años y predominantemente hombres. Ya que en esta edad el niño está empezando a levantarse solo, a andar, a correr e intentar ser independiente, pero aún sin coordinación motora que le permite movimientos firmes y seguros.



En caso que se presente un traumatismo, los pasos a seguir son los siguientes:

1. Mantenga la calma.
2. Limpie las heridas sangrantes con suero o agua corriente.
3. Controle el sangrado por medio de presión local aplicada con un pedazo de algodón o tejido (gasa), por 5 minutos.
4. Si las lesiones de piel necesitan suturar, diríjase al cirujano plástico.
5. Si hay lesiones dentarias, diríjase al odontopediatra.



En caso que exista alguna lesión en la boca, esta puede ser que el diente salga completamente de su lugar (diente arrancado), que el diente se rompa o que la lengua o el labio presenten alguna herida por una mordida o por la misma caída.

En caso que el diente sea arrancado totalmente de su lugar se debe llevar al niño y al diente a un odontólogo de inmediato. Para esto, se debe colocar el diente en un recipiente con leche o saliva del niño. Si no es posible, simplemente utilizar agua común y llevar al niño al consultorio de un odontólogo dentro de los siguientes 30 minutos si fuera posible. No se debe tratar de limpiar el diente ni tocar la raíz de este.

En caso de un diente roto, se debe limpiar cuidadosamente la suciedad de la zona con agua, colocar compresas frías en la cara en la zona del diente lesionado. Aplicar presión directa a la zona sangrante, con una tela limpia e ir al consultorio de un odontólogo. En muchos casos los golpes en los dientes pueden producir lesiones a nivel del nervio, es por esto que se debe llevar al niño al especialista para que este tome radiografías de la zona y pueda evaluar las lesiones internas que se pueden haber producido.

En caso de una herida en el labio o la lengua, se debe aplicar presión directa en la zona sangrante con una tela limpia. En caso de hinchazón aplicar compresas frías, y en caso el sangrado no cese se debe dirigir a la sala de emergencias de un hospital.

Debemos siempre tener en cuenta que un golpe a nivel de los dientes no siempre va a presentar una rotura visible, por lo que siempre hay que llevar al niño al odontólogo para que este tome una radiografía y evalúe si no existe algún tipo de fractura a nivel de la raíz o alguna lesión en el nervio del diente. Esto se debe hacer en caso el diente sea de leche o permanente. Una lesión en un diente de leche puede llevar a una infección en la zona o a la lesión del diente permanente sucedáneo. En la mayoría de los casos, no podemos evitar que los niños sufran estos pequeños accidentes, es por eso que debemos estar preparados para saber cómo reaccionar en el caso de que ocurran.