viernes, 19 de noviembre de 2010

Erupción dentaria

Muchas mamás se preocupan porque los dientes de sus bebés no salen o no saben a qué edad deben salir estos. Los primeros dientes que aparecen en la boca de un bebé son los incisivos centrales inferiores. Esos dos dientecitos de abajo que se encuentran en el medio aparecen generalmente entre los 6 y 8 meses de edad. Pero pueden aparecer un poco antes o después. Si este diente no aparece hasta el año de edad, se debe llevar al niño al odontólogo para su revisión.



Pero, si el primer diente aparece en boca a los 6 meses, ¿cuando inicia su formación?. El proceso de formación dentaria inicia en la sexta semana de vida intrauterina, es por esto que los medicamentos tomados por la madre durante el embarazo podrían alterar la estructura de estos dientes. A su vez, la calcificación de los dientes permanentes inicia al nacimiento del niño, por lo que algunos medicamentos tomados en los primeros años de vida pueden alterar su estructura.

¿Qué determina la edad en la qué aparecen los dientes?, la edad de aparición de los dientes está relacionada con el desarrollo general del niño y este depende mucho de la genética. Sin embargo, otros factores como la alimentación del niño, entre otros, pueden influir también. Es por esto que hay gran variación en la edad que los niños cambian los dientes. En algunos casos los bebés pueden nacer con algún diente en la boca, si esto sucediera se lo debe llevar al especialista para una evaluación.

En la figura a continuación, se puede observar la edad promedio de aparición de los primeros dientes y la edad en la que se inicia su cambio.



y a continuación, la cronología de erupción de los dientes permanentes. Se debe tener en cuenta que el primer diente permanente aparece a los 6 años aproximadamente, por lo que es muy importante llevar al niño al odontólogo a esta edad. Así, este puede colocarle flúor y sellantes para evitar que aparezcan las caries.



La erupción dentaria es un proceso fisiológico normal, pero algunos disturbios pueden aparecer en este periodo. Muchas veces la erupción de los dientes de leche viene acompañada de fiebre, falta de apetito, erupción cutánea, aumento de salivación, irritación en la zona, diarrea y otros. En caso de fiebre, se debe dar al niño algún medicamento disminuirla. Existen mordedores especiales que tienen gel en su interior, estos pueden ser refrigerados (en la parte baja del refrigerador) para que el frío y la fricción que hacen ayude a aliviar un poco la zona. Así también se pueden aplicar anestésicos locales (en gel) para reducir las molestias. Debemos tener en cuenta que estos disturbios desaparecerán una vez que el diente haga su aparición, por lo que debemos tener paciencia y tratar de hacer que el niño esté lo más cómodo posible.

miércoles, 27 de octubre de 2010

¿Cómo influye la dieta en la caries dental?

Como hemos estado diciendo en las entradas anteriores, para que se forme la caries dental tienen que existir tres factores: la placa bacteriana (eliminada con una buena higiene), el huésped (el diente), y por último pero no menos importante, la dieta.

Ha sido observado en algunos países que la incidencia de caries estuvo directamente relacionada con la cantidad de azúcar disponible per cápita. Se calcula que para cada 25g de azúcar consumidos por día, por niño, equivale a un diente que podría volverse cariado, restaurado o extraído. Entre tanto, se sabe que la consistencia de los carbohidratos así como la frecuencia en que son ingeridos tiene una mayor influencia en la aparición de lesiones de caries.



Pero, desde cuando debemos empezar a cuidar el consumo de azúcares en los niños?. Una vez que el niño tenga el primer diente en boca, debemos cuidar principalmente que el bebé no se duerma con el biberón, ya que este contiene azúcar y este se va a quedar en la boca por mucho tiempo. Además, otro factor de riesgo es que en las noches, el flujo salival disminuye, por lo que es más fácil que se formen las caries. Es por esto que a partir de los seis meses, se recomienda que el amamantamiento deje de ser a libre demanda y se empiece a poner horarios de comida, entre los cuales no se debe dar de comer al niño.



En el consumo de azúcares hay dos factores que se pueden regular, uno es la cantidad y el otro es la frecuencia. La cantidad no es tan importante como la frecuencia. Se le puede dar al niño una gran cantidad de dulces en un momento del día y no va a ser tan perjudicial como darle la misma cantidad pero dividida en varios momentos en el día. Hay que entender que una vez que el niño ingiere los dulces va a haber una bajada en el pH de la saliva (se va a volver más ácida) haciendo a los dientes más susceptibles a los ataques de las bacterias que forman las caries. Es por esto, que es mejor que ese ataque se de una vez a que se dé de manera repetitiva a lo largo del día. Si le quiere dar un dulce a su hijo, es mejor que se lo dé de postre al final del almuerzo y que luego de esto el niño pueda ir a cepillarse los dientes.

Debemos considerar también la consistencia y potencial de producir caries de estos alimentos. Por ejemplo, las galletas tienen un alto potencial porque generalmente se queda una gran parte de residuos en la boca del niño por mucho tiempo. Los chupetes, también tienen un alto potencial ya que el niño lo tiene en la boca por mucho tiempo. Por tanto, se debe considerar muy bien todo esto antes de preparar la lonchera de su hijo. Trate de evitar los dulces y golosinas, y en vez de eso puede darles una manzana por ejemplo que es un alimento dulce, con gran contenido de fibra que va a ayudar a limpiar de manera mecánica los dientes, y con un mejor contenido nutricional. La alimentación sana y balanceada no sólo es buena para los dientes, si no para todo el organismo y la salud de sus hijos.

jueves, 7 de octubre de 2010

Emergencias dentales en los niños

Una de las causas más comunes de emergencias dentales en los niños son las caídas. Lo que se presenta con mayor frecuencia es la rotura o golpe de los dientes antero-superiores (los conejitos). Según los estudios, un tercio de los niños con dientes de leche sufre de algún traumatismo en la región bucal. Los niños que pertenecen al "grupo de riesgo" son los de 1 a 3 años y predominantemente hombres. Ya que en esta edad el niño está empezando a levantarse solo, a andar, a correr e intentar ser independiente, pero aún sin coordinación motora que le permite movimientos firmes y seguros.



En caso que se presente un traumatismo, los pasos a seguir son los siguientes:

1. Mantenga la calma.
2. Limpie las heridas sangrantes con suero o agua corriente.
3. Controle el sangrado por medio de presión local aplicada con un pedazo de algodón o tejido (gasa), por 5 minutos.
4. Si las lesiones de piel necesitan suturar, diríjase al cirujano plástico.
5. Si hay lesiones dentarias, diríjase al odontopediatra.



En caso que exista alguna lesión en la boca, esta puede ser que el diente salga completamente de su lugar (diente arrancado), que el diente se rompa o que la lengua o el labio presenten alguna herida por una mordida o por la misma caída.

En caso que el diente sea arrancado totalmente de su lugar se debe llevar al niño y al diente a un odontólogo de inmediato. Para esto, se debe colocar el diente en un recipiente con leche o saliva del niño. Si no es posible, simplemente utilizar agua común y llevar al niño al consultorio de un odontólogo dentro de los siguientes 30 minutos si fuera posible. No se debe tratar de limpiar el diente ni tocar la raíz de este.

En caso de un diente roto, se debe limpiar cuidadosamente la suciedad de la zona con agua, colocar compresas frías en la cara en la zona del diente lesionado. Aplicar presión directa a la zona sangrante, con una tela limpia e ir al consultorio de un odontólogo. En muchos casos los golpes en los dientes pueden producir lesiones a nivel del nervio, es por esto que se debe llevar al niño al especialista para que este tome radiografías de la zona y pueda evaluar las lesiones internas que se pueden haber producido.

En caso de una herida en el labio o la lengua, se debe aplicar presión directa en la zona sangrante con una tela limpia. En caso de hinchazón aplicar compresas frías, y en caso el sangrado no cese se debe dirigir a la sala de emergencias de un hospital.

Debemos siempre tener en cuenta que un golpe a nivel de los dientes no siempre va a presentar una rotura visible, por lo que siempre hay que llevar al niño al odontólogo para que este tome una radiografía y evalúe si no existe algún tipo de fractura a nivel de la raíz o alguna lesión en el nervio del diente. Esto se debe hacer en caso el diente sea de leche o permanente. Una lesión en un diente de leche puede llevar a una infección en la zona o a la lesión del diente permanente sucedáneo. En la mayoría de los casos, no podemos evitar que los niños sufran estos pequeños accidentes, es por eso que debemos estar preparados para saber cómo reaccionar en el caso de que ocurran.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Recomendaciones para la higiene bucal de los niños

En esta entrada haremos un pequeño resumen de los cuidados que debemos tener para cada edad del desarrollo de los niños, y así poder recordar un poco lo que vimos en los posts anteriores.

Recomendaciones
- Uno de los factores más importantes en la formación de caries durante las etapas iniciales de desarrollo de los dientes de nuestros hijos es la dieta. Es por esto que los infantes o niños no deben ser acostados con un biberón. El amamantamiento a libre demanda debe ser evitado luego que el primer diente irrumpe en boca. Los padres deben animar a sus hijos para que tomen de una taza de entrenamiento a medida que se aproxima el primer cumpleaños del niño. Estos deben ser destetados del biberón entre los 12 y 14 meses de edad.
- El consumo de jugos en biberón deben ser evitados, cuando se ofrece jugo al niño se debe utilizar una taza.
- Las medidas de higiene bucal deben ser implementadas a la par con la erupción del primer diente.
- La consulta odontológica es recomendada dentro de los primeros 6 meses de erupción del primer diente como una oportunidad para educar a los padres y proveer guías anticipadas para la prevención de las enfermedades orales.


INSTRUCCIONES PARA LA HIGIENE BUCAL EN EL HOGAR

Etapa prenatal
Durante el embarazo se produce una exacerbada reacción a la placa dental relacionada a los cambios hormonales, produciendo así la gingivitis del embarazo (inflamación de la encía). Es por esto que mientras la madre esté gestando es importante realizar una muy buena higiene bucal. Además también es importante que los padres desarrollen hábitos de higiene adecuados para así poder servir de modelos a los futuros hijos. Otro factor importante a tener en cuenta es que la caries dental es una enfermedad que se contagia, por lo que la madre debe tener una boca sana para así evitar el traspaso de las bacterias que producen la caries a sus hijos. Se ha demostrado que en familias en las que la madre no presentaba caries dental, la posibilidad de que los niños contraigan la enfermedad en los primeros años de vida se reducía al 50%.


Infantes (nacimiento hasta el primer año)
Es importante que los padres limpien las encías de los bebes diariamente antes de la erupción del primer diente, para establecer una flora bucal saludable, utilizando el siguiente procedimiento:
Cargue al bebé con una mano, envuelva una gasa húmeda en el dedo índice de la mano del brazo libre y suavemente aplique un masaje a los dientes y el tejido gingival. Esto también puede ser realizado con unos cepillos especializados que se colocan en los dedos de la persona que hace la limpieza del bebé (ver post de cepillos dentales)
Durante esta edad puede introducir un cepillo de cerdas suaves sólo si es que se siente cómodo utilizándolo. No utilice pasta dental que contenga flúor, porque es posible que el bebe ingiera la pasta.




Niños (1 a 3 años de edad)
Introduzca un cepillo para la limpieza dental (si es que no fue introducido previamente)
El niño puede iniciar el uso de pasta dental alrededor del segundo año de vida, colocando una cantidad del tamaño de una arveja (aplicado a lo largo del menor ancho del cepillo). Esto es importante porque reduce la cantidad de pasta que puede tragar el niño. Siempre enséñele a escupir la pasta que queda en la boca.
Anime al niño a iniciar con un cepillado rudimentario, sin embargo, los padres deben seguir siendo los encargados de los procedimientos de higiene bucal del niño.


Niños en edad pre-escolar (3 a 6 años de edad)
Los padres deben recordar que su responsabilidad como proveedores primarios o supervisores de los procedimientos de higiene bucal continua.
Los niños deben seguir utilizando una cantidad de pasta dental del tamaño de una arveja.
Se debe evaluar la posibilidad de utilizar hilo dental en dientes que contactan unos contra otros.
La pasta dental que se use en esta edad debe ser la pasta para niños pequeños (de acuerdo a su edad). Si el niño utiliza la pasta de adultos, debe colocar muy poca pasta en el cepillo, para evitar el consumo exagerado de flúor.




Niños de 6 años a más
A partir de los 6 años inician su erupción los dientes permanentes (los dientes que no se cambian y permanecen toda la vida, los dientes adultos) es por esto que es muy importante que a esta edad el niño visite al dentista para que éste realice una limpieza y coloque flúor y sellantes a sus dientes. Así evitamos que aparezcan caries en estos dientes y en todos los de la boca. Teniendo así, niños sin caries que si continúan con los consejos del odontólogo podrían llegar a ser adultos que nunca han tenido una lesión de caries. Imagínese que sus hijos podrían nunca tener que pasar por la experiencia de que les curen una caries o que les coloquen anestesia. ¿Le hubiese gustado a ud tener esa oportunidad?

viernes, 18 de junio de 2010

La importancia de la lactancia materna para el desarrollo de los niños

La leche materna consiste en un alimento específicamente adaptado a atender las necesidades nutricionales del bebé, que además de proveer energía para su desarrollo y crecimiento, proporciona protección contra infecciones y acondiciona el tracto intestinal del recién nacido. Es imprescindible para el desarrollo psicológico del bebé, dada la dependencia físico-afectiva de éste con su madre. El amamantamiento representa el factor inicial del buen desarrollo dentofacial, favoreciendo la obtención de una mordida correcta y por consecuencia una masticación futura correcta. También para el desarrollo de un perfecto equilibrio de los músculos y demás tejidos que conforman el aparato masticatorio. Además, previene el síndrome del respirador bucal porque al momento de la lactancia, el bebé debe respirar por la nariz creando un cierre perfecto de la zona de los labios. Cabe recalcar que los pacientes respiradores bucales sufren de adenoides, puesto que la boca no está diseñada para el paso del aire y el ingreso de este y todos los microorganismos del ambiente puede causar la inflamación de las amígdalas. Todo lo anterior asegura una adecuada tonicidad y postura de la lengua y labios. Para la madre, la leche materna, además de ser más económica, fácil y práctica, favorece la relación con el bebé, manteniendo tanto el equilibrio psicológico como proporcionando la sensación de placer y fortaleciendo el amor por el bebé. Acelera la involución uterina, previene la hemorragia post-parto, disminuye la incidencia de cáncer y otras enfermedades mamarias.



Pero, ¿cómo influye la lactancia materna en el desarrollo de los maxilares?. Cuando el bebé nace, uno de los esfuerzos más grandes lo hace al momento de alimentarse. El amamantamiento requiere de una gran cantidad de fuerza y por ende un gran esfuerzo por parte del bebé, este debe ser realizado del seno materno. Las que han sido madres saben que para retirar la leche del pecho se debe realizar una gran fuerza al hacerlo con los succionadores, comparen ahora colocar un biberón boca abajo. La comparación es sencilla, mientras que los bebés que lactan del seno materno hacen un gran ejercicio, necesario para su desarrollo, los bebés a los que les dan biberón no lo realizan, y menos aún, aquellos bebés a los que les agrandan el agujero de la tetilla del biberón para que se alimenten más rápido. Estos últimos niños no aprenden a alimentarse y prácticamente sólo engullen la leche sin realizar ningún ejercicio tanto de los músculos faciales como de la lengua. Aunque no lo crean, esta ausencia de ejercicio de esos músculos en ese momento puede llevar a que el paciente presente una mandíbula menos desarrollada en una etapa más avanzada. Lo ideal sería que los niños no utilicen nunca los biberones o chupones, que del seno materno pasen a las tazas de entrenamiento, a partir de los 6 meses.

Otra razón para tener problemas en los dientes y los maxilares es la instalación de hábitos nocivos, tales como el uso de chupones, succión de dedo, labio, etc. La lactancia materna también influye en estos. El reflejo de succión no sólo es fundamental para obtener la nutrición, sino también para el desarrollo psicológico del bebé, es así que una vez satisfecha la alimentación, el bebé necesita satisfacer también la necesidad psicológica y puede continuar succionando el seno materno, cosa que no sucede en los niños que se alimentan con biberones. En una investigación que se realizó en niños, se observó que cuando mayor fue el periodo de amamantamiento natural en estos, menor fue la prevalencia de hábitos de succión persistentes. Así mismo, hubo una mayor ocurrencia de maloclusiones en los niños que tenían estos hábitos. El uso del chupón, por más que sea anatómico trae consigo una mayor posibilidad que los niños tengan alteraciones en los arcos dentarios y en las estructuras circundantes, como labios y lengua.

Un gran problema que se presenta en los niños que no lactan es la alteración de la deglución. Antes de que salga el primer diente en la boca, el bebé realiza la deglución sacando la lengua ligeramente y realizando la contracción de los músculos faciales. A partir de los 6 meses (edad aproximada de la aparición del primer diente en la boca) se deben introducir en la dieta nuevas consistencias y el bebé empieza con papillas. Es así que la lengua se entrena poco a poco al nuevo tipo de alimentación y en este caso debe ser colocada sobre el paladar, por detrás de los dientes. Los bebés que lactan de biberones no entrenan a la lengua y por ende esta no tiene una adecuada forma de deglutir y en muchos casos de hablar correctamente porque su posicionamiento no es adecuado.

Entonces podemos concluir que la lactancia materna ayuda al desarrollo de la deglución, succión y respiración. Funciones básicas en todo ser humano. Así que, espero que después de esta nota se den cuenta de la importancia de esta y puedan transmitir esta información a las nuevas o futuras mamás.



A continuación unas sugerencias de cómo debería realizarse la lactancia:
1. Amamantar sentada en un lugar confortable y tranquilo con el bebé posicionado de forma inclinada, no echado.
2. Desobstruir la nariz del bebé con los dedos índices y medios con la finalidad de facilitar su respiración y por lo tanto no dificultar la succión.
3. La mamada deberá ser de preferencia en ambos senos, iniciándose en el último seno ofrecido en la mamada anterior.
4. Deshacer siempre el vacío formado durante la mamada antes de retirar al bebé del seno, con la finalidad de evitar heridas en los pezones.
5. Tratar de que las primeras mamadas sean más rápidas, aumentándose gradualmente el tiempo que el bebé se quedará en cada seno para facilitar la adaptación de los pezones y evitar fisuras.
6. Despertar al bebé para continuar mamando en el caso que se duerma haciéndolo, dejando los intervalos libres entre una y otra mamada.
7. Despertar al bebé para mamar en el caso que éste sobrepase 4 horas y media en el primer mes de vida.
8. Estimular al bebé para que eructe después de cada mamada, para evitar los cólicos.
9. Colocar al bebé después de la lactancia de lado o boca abajo. Así si hay regurgitación, no habrá riesgos.
10. Vaciar las mamas siempre que sea necesario.
11. Proteger los pezones, principalmente al inicio, con cremas cicatrizantes. La exposición de los pezones al sol también ayuda a la prevención de las fisuras.
12. El uso del sostén durante todo el periodo de amamantamiento favorece la sustentación y el vaciado más adecuado de las mamas.
13. El lavado de las manos antes del amamantamiento es medida básica de higiene.
14. Siempre que sea posible, amamantar sin sostén y/o blusas permitiendo un mayor contacto con el recién nacido.
15. La ingestión de líquidos por la madre y la adecuada alimentación y reposo son fundamentales para la manutención del amamantamiento.
16. Amamantar exclusivamente si es posible hasta el 6º mes. A partir de ahí, iniciar la introducción de otros alimentos bajo la orientación del pediatra.
17. La alimentación nocturna tiende a ser eliminada espontáneamente en el 1 mes y medio o 2 meses. Incentivar su abandono, cuando sea necesario, por medio del ofrecimiento de la última mamada un poco más tarde intentando también ofrecer en ese horario una mayor cantidad de leche.
18. La tranquilidad y el contacto madre-recién nacido en el amamantamiento son esenciales. La música, el contacto y un ambiente confortable favorecen mucho la relación afectiva y consecuentemente la preservación del amamantamiento.

viernes, 11 de junio de 2010

¿Cómo se deben cepillar los dientes?

En la entrada anterior hablamos de los cepillos, por lo que ahora vamos a hablar de cómo se debe realizar el cepillado de los dientes.
Primero debemos saber que la frecuencia debe ser de unas 3 veces al día. Básicamente, después de cada comida. Es por esto que es importante que los niños no estén ingiriendo dulces durante varios momentos del día, sino intentar que esto suceda como un postre luego del almuerzo por ejemplo, para que así se pueda cepillar los dientes inmediatamente después.
Bueno, y ustedes se preguntarán porqué se recomienda esto. Durante la ingesta de alimentos se produce una disminución en el pH de la saliva, esta se vuelve más ácida. Lo que hace que los dientes se debiliten con este ataque ácido y se formen las caries. Esta disminución en el pH dura hasta unos 20 minutos luego de consumidos los alimentos y puede ser contrarrestada con el cepillado ya que el flúor que contienen las pastas dentales fortalece los dientes y contrarresta el ataque. Otro factor importante que no debemos olvidarnos es que el cepillado es una limpieza mecánica de la placa bacteriana y los restos alimenticios que puedan quedar en los dientes. Además que contribuye a la disminución de bacterias en la boca que pueden producir no sólo caries, sino también la enfermedad de las encías y el mal aliento.
Es muy importante no olvidar el cepillado de dientes de la noche, este es probablemente el más importante del día. ¿Por qué?, durante la noche disminuye el flujo salival, la saliva tiene un poder de enjuague, además neutraliza el ataque de los alimentos ácidos y la corrosión bacteriana. Es por esto, que si olvidamos el cepillado nocturno, los dientes se van a encontrar totalmente desprotegidos y se van a producir las caries. Por lo mismo, es altamente riesgoso dejar que los niños duerman con un biberón de leche en la boca.

Ya expusimos por qué es importante el cepillado, ahora ¿cómo debe ser realizado?. Para realizar el cepillado lo primero es tratar de hacerlo en orden para no olvidar ninguna superficie. Yo recomiendo siempre empezar en la parte superior posterior derecha. Deben colocar el cepillo en unos 45º con el diente, haciendo un ligero masaje en las encías y bajando en forma de barrido, unas tres a cuatro veces por superficie. Así siguen avanzando hasta llegar al lado contrario, en este caso el izquierdo. Luego, pasamos abajo del mismo lado (izquierdo) y hacemos el barrido de abajo hacia arriba. Recuerden que los dientes de arriba se barren hacia abajo y los dientes de abajo se barren hacia arriba. Continúan por todas las caras externas de los dientes, desde la izquierda hasta la derecha y terminan casi donde empezaron, si se dan cuenta hemos avanzado en el sentido de las agujas del reloj. Una vez cepillada toda la cara externa de los dientes, debemos pasar a la interna. De igual manera, empezamos en la parte posterior superior derecha pero en la parte interna. En este caso realizamos el barrido de manera similar al barrido anterior, de arriba hacia abajo y siempre tratando que sea hacia afuera. Cuando llegamos a la parte anterior colocamos el cepillo de manera que la parte más delgada sea la que haga el cepillado para poder barrer diente por diente y hacemos un barrido hacia afuera hasta llegar al canino, donde volteamos el cepillo de nuevo y barremos de arriba hacia abajo. Una vez culminada la parte superior, pasamos al maxilar inferior y hacemos el barrido de abajo hacia arriba y hacia afuera hasta llegar al lado derecho otra vez. En este punto ya hicimos el cepillado de la cara externa e interna del diente, falta la cara oclusal o por donde mordemos. Esta parte es muy simple, se coloca el cepillo por la parte más delgada sobre las cabezas de los dientes y se cepilla de adelante hacia atrás varias veces para quitar bien los restos que puedan quedar metidos en las fosas de las muelitas. Siempre siguiendo el sentido de las agujas del reloj. Una vez culminado el cepillado de los dientes realizamos el cepillado de la lengua colocando el cepillo por la parte más ancha y barriendo hacia afuera unas cinco veces. Luego enjuagamos y podemos pasar a la utilización del hilo dental y enjuagatorios dentales.



El cepillado debería tomar entre 2 a 3 minutos y con esta técnica evitamos desgastar los cuellos de los dientes de manera innecesaria. Además, al realizar el masaje en la encía ayudamos a que esta no se inflame porque retiramos muy bien la placa bacteriana que se queda en esa zona. Si al comienzo del cepillado ven que las encías sangran un poco, no se preocupen que es normal y poco a poco esto va a disminuir a medida que realicemos mejor el cepillado y estas desinflamen.

A continuación pueden observar un vídeo que muestra como debe ser realizado el cepillado dental. Traten de seguir las recomendaciones y van a ver que poco a poco van ha adquirir la destreza y rapidez. No se desanimen si al principio les parece un poco complicada la técnica.


viernes, 4 de junio de 2010

Los cepillos dentales

En las entradas anteriores hablamos de que uno de los factores para que se produzca la caries dental es la falta de higiene. En otras palabras, la presencia de microorganismos en la cavidad bucal. Estos se encuentran mayormente alojados en la placa bacteriana, esa película blanquecina que se forma en los dientes. Es por esto que el cepillado dental es tan importante. Además, la falta de higiene dental contribuye a la inflamación de las encías.
En esta oportunidad hablaremos de los cepillos, los primeros y cómo introducirlos en la higiene bucal de nuestros niños.
Entonces, ¿cuándo empezar con los cepillos dentales?. El uso de cepillos se inicia con la aparición del primer diente en boca. En este punto y hasta que tengamos unos 8 dientes en boca podemos realizar el cepillado el tipo de cepillos que podemos ver en la parte inferior. Estos son unos dedales de silicona, del mismo material que los chupones, que además de limpiar los dientes ayudan a disminuir la comezón que se produce cuando empiezan a aparecer los nuevos dientes.




Luego podemos iniciar la introducción de los primeros cepillos, y los ideales para esto son los que podemos ver a continuación.



Este tipo de cepillos que generalmente viene en un grupo de tres. Tienen una cubierta protectora que actúa como tope para que el bebé no tenga ningún accidente con ellos. Además tiene uno inicial que él puede usar para morder y así estimular la erupción de los dientes, sobretodo cuando empieza la erupción de las molares. Existen algunos tipos de mordedores que tienen pequeñas protuberancias que también pueden servir como cepillos en esta época. Una vez que haya pasado esto se puede pasar al segundo que ayuda también a limpiar los dientes y a masajear las encías. El tercer cepillo es un cepillo normal para niños con cerdas suaves. Este trío ayuda a que el bebé se inicie en el uso del cepillo de dientes y así pueda tenerlo como una costumbre. Sin embargo, el cepillado dental debe ser supervisado por los padres hasta que el niño tenga la destreza suficiente para poder realizar una adecuada técnica. Se dice que esto es hasta que entre al colegio, hasta aproximadamente los 6 años de edad.

Ya en esta edad podemos utilizar los cepillos normales, los cuales también deben ser comprados por etapas. Generalmente los cepillos de niños tienen una indicación de a qué edad pueden ser utilizados. Es importante seguir esas recomendaciones, por la forma y tamaño de la boca de los niños en esta edad. Un cepillo muy grande podría lastimarlos y causar una mala actitud hacia el cepillado. Además, los cepillos de niños vienen con una zona de otro color que sirve como indicador para colocar la pasta dental, que en los niños pequeños debe ser del tamaño de una lentejita y a medida que el niño crece se puede colocar una mayor cantidad.



Cuando el niño llegue a los 12 años aproximadamente (edad en la que aparece la segunda molar) ya puede cambiar el cepillo a uno de adulto con cerdas medias.

En el caso de los cepillos eléctricos, estos son recomendables porque permiten un cepillado más fácil, ayudan a remover mayor cantidad de placa sobretodo en el caso que los niños no tengan mucha destreza manual. Además, estimulan al niño a cepillarse, porque a ellos les parece novedoso y divertido utilizar este tipo de cepillos.